En la actualidad para que una empresa logre posicionarse en el mercado y mantenerse a través de los años debe tener sentido de competitividad, es decir debe tener calidad, rapidez en las innovaciones, debe ser oportuna, tener más creatividad y experiencia al gerenciar, ya que nos encontramos en la era de la revolución tecnológica, que implica cambiar la manera de realizar las cosas y comportarnos.
Es por ello que en tiempos de constante cambio, la competitividad como estrategia debe ser adoptada por las empresas para sobrevivir y consecuentemente prosperar en mercados actuales, es el resultado del proceso de la planificación estratégica donde el punto de partida es el análisis del entorno y la empresa, para ver cuáles son las debilidades y amenazas, luego estaría la definición de los objetivos y las metas a largo plazo, para poder alcanzar la misión de la organización.
Se puede decir, entonces que un proyecto es considerado una herramienta muy útil para llevar a cabo una buena planificación estratégica, luego de tener clara cuál va a ser su estrategia a utilizar, para dirigir sus esfuerzos. Por lo tanto la principal característica de un proyecto es la intención de realizar algo con la finalidad de generar cambios en una situación dada, alcanzar un objetivo; de manera similar el proceso de planificación estratégica es un análisis en base a objetivos.
Entonces, el propósito de toda organización es generar beneficios económicos de acuerdo a sus objetivos y por consiguiente tener un éxito social que garantice su estabilidad como organismo necesario para satisfacer necesidades a una colectividad, todo esto se logra con una serie de estudios tanto internos como externos que permitan conocer que es lo que quiere la comunidad y la sociedad en general, de ahí la importancia de la incorporación del análisis estratégico en la fase de elaboración de un proyecto de inversión ya que se considera el entorno como elemento indispensable para la buena planificación.
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